Dolor en el cuello: todo lo que necesita saber sobre las lesiones en el cuello en el lugar de trabajo
Las lesiones en el cuello en el lugar de trabajo pueden ocurrir debido a varios factores y causas. Aquí hay algunas causas comunes:
- Mala ergonomía: La configuración incorrecta de la estación de trabajo, como la altura inadecuada del escritorio, la posición de la silla o la ubicación del monitor, puede provocar una mala postura del cuello y tensión. Los períodos prolongados de trabajo en posiciones incómodas sin el apoyo adecuado pueden contribuir a las lesiones en el cuello.
- Movimientos repetitivos: los trabajos que involucran movimientos repetitivos del cuello, como torcer, doblar o alcanzar constantemente, pueden tensar los músculos del cuello y provocar lesiones con el tiempo. Esto es común en ocupaciones como el trabajo en línea de montaje, la construcción o tareas que implican frecuentes trabajos por encima de la cabeza.
- Levantar y cargar: las técnicas de levantamiento incorrectas, especialmente cuando se manejan objetos pesados, pueden ejercer una tensión excesiva en el cuello y provocar lesiones. Levantar objetos que son demasiado pesados, levantar con el cuello torcido o con una postura incorrecta, o movimientos bruscos bruscos pueden tensar los músculos del cuello y causar lesiones.
- Caídas y resbalones: las caídas y los resbalones en el lugar de trabajo pueden causar sacudidas o impactos repentinos en el cuello, lo que resulta en torceduras, esguinces o lesiones más graves. Esto puede ocurrir debido a superficies resbaladizas, pisos irregulares u objetos que obstruyen los pasillos.
- Accidentes de vehículos: los trabajadores que operan vehículos como parte de su trabajo, como conductores, personal de entrega u operadores de equipos de construcción, corren el riesgo de sufrir lesiones en el cuello debido a colisiones o sacudidas repentinas. El latigazo cervical es una lesión común en el cuello en accidentes automovilísticos, donde la cabeza se lanza con fuerza hacia adelante y hacia atrás.
- Diseño y equipo de la estación de trabajo: el diseño inadecuado o el mal funcionamiento del equipo del lugar de trabajo, como sillas, escritorios o herramientas, pueden contribuir a las lesiones en el cuello. El equipo defectuoso, las estaciones de trabajo incómodas o las herramientas que requieren una fuerza excesiva pueden tensar los músculos del cuello y provocar lesiones.
- Estrés relacionado con el trabajo: los períodos prolongados de estrés, tensión o ansiedad en el lugar de trabajo pueden causar tensión muscular y contribuir al dolor y la incomodidad en el cuello. Las lesiones del cuello relacionadas con el estrés pueden verse agravadas por una mala postura o por permanecer sentado o de pie durante mucho tiempo.
Pruebas para diagnosticar una lesión en el cuello en el lugar de trabajo
Aquí hay algunas pruebas comunes y procedimientos de diagnóstico que pueden emplearse:
- Examen físico: un proveedor de atención médica realizará un examen físico completo, evaluando el rango de movimiento, la fuerza muscular y las áreas sensibles en el cuello y las regiones circundantes. También pueden examinar los hombros, la espalda y los brazos para detectar cualquier síntoma asociado.
- Pruebas de imágenes: las pruebas de imágenes pueden proporcionar información visual detallada sobre las estructuras del cuello y ayudar a identificar anomalías o lesiones. Las pruebas de imagen comunes que se usan para diagnosticar lesiones en el cuello incluyen:
- Radiografías: las radiografías pueden ayudar a identificar fracturas, dislocaciones o cambios degenerativos en la columna.
- Imagen por resonancia magnética (IRM): la IRM utiliza campos magnéticos y ondas de radio para producir imágenes detalladas de los tejidos blandos. Puede revelar discos herniados, compresión de la médula espinal, pinzamiento de nervios o lesiones de tejidos blandos.
- Tomografía computarizada (TC): una tomografía computarizada combina imágenes de rayos X tomadas desde diferentes ángulos para crear imágenes transversales detalladas. Puede proporcionar información sobre lesiones óseas, fracturas o anomalías de la columna.
- Electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa (NCS): EMG y NCS son pruebas que se utilizan para evaluar la función nerviosa. EMG mide la actividad eléctrica de los músculos, mientras que NCS mide la velocidad y la fuerza de las señales nerviosas. Estas pruebas pueden ayudar a evaluar el daño a los nervios o la compresión en el cuello y las áreas circundantes.
- Inyecciones de diagnóstico: en algunos casos, se pueden usar inyecciones de diagnóstico para ayudar a identificar el origen del dolor de cuello. Estas inyecciones consisten en inyectar un anestésico local o una combinación de anestésicos y medicamentos antiinflamatorios en estructuras específicas, como articulaciones facetarias o raíces nerviosas, para determinar si están contribuyendo a los síntomas.
- Consulta con un especialista: según la naturaleza específica de la lesión en el cuello, un proveedor de atención médica puede derivar a la persona a un especialista, como un cirujano ortopédico, un neurólogo o un fisiatra, para una evaluación y tratamiento adicionales.
Recuerde, el tiempo es esencial cuando se trata de asuntos legales. Pueden aplicarse estatutos de limitaciones, por lo que es crucial actuar con prontitud. Si usted o un ser querido ha sufrido una lesión en el cuello en el lugar de trabajo, no dude en ponerse en contacto con un abogado especializado en compensación laboral hoy. Llame a nuestro equipo para programar una consulta y permítanos luchar por la justicia y la compensación que se merece. Dé el primer paso para proteger sus derechos comunicándose con nosotros ahora.
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